Quebec impuso una moratoria de seis meses en el programa de trabajadores extranjeros temporales que se instalan en Montreal, su ciudad más populosa y de mayor importancia en materia económica, pero la medida afecta sólo a los trabajadores de salarios bajos. El sociólogo Alejandro Hernández analiza lo que está detrás de esta decisión y advierte que las contradicciones son inevitables.
El gobierno de Quebec anunció este 20 de agosto una moratoria de seis meses en el programa de trabajadores temporales extranjeros en Montreal.
Esta medida no afectará a todos los trabajadores extranjeros que se instalan en esta ciudad canadiense por un tiempo limitado, sino sólo a aquellos que tienen un ingreso anual inferior al promedio de la provincia (unos 57.000 dólares).
El primer ministro de la provincia de Quebec, François Legault, flanqueado por la ministra de Inmigración provincial, Christine Fréchette, anunció que la medida entrará en vigencia el 3 de septiembre de 2024.
Alejandro Hernández, sociólogo y profesor de la Universidad Concordia, ubicada en Montreal, aseguró que detrás de las recientes medidas anunciadas por el gobierno de Legault, que tienen como objetivo reducir el número de migrantes temporales en esta provincia canadiense, hay negociaciones políticas entre los gobiernos federal y provincial .
“Detrás de esta decisión hay una negociación política y varias potenciales razones que no se eliminan entre sí, sino que pueden ser aprovechadas políticamente dependiendo del rol de cada actor político, pero que a la vez se caracterizan no sólo por ser complejas sino incluso contradictorias”, advirtió el experto.
El anuncio
No se conoce con exactitud el número de personas que serán afectadas por la congelación del programa de trabajadores extranjeros temporales en Montreal, la ciudad más importante -económicamente hablando- de Quebec. Sin embargo, de acuerdo con estimaciones del propio gobierno, la decisión permitirá reducir en 3.500 personas el número de migrantes temporales en la urbe en los próximos seis meses.
El periódico en francés Le Devoir publicó el martes 20 de agosto que el año pasado se aceptaron menos de 4.500 solicitudes para puestos de trabajo de salario bajo, de un total de casi 59.000 permisos de trabajo que fueron emitidos en Montreal.
Existen exenciones en la medida anunciada por Quebec: los trabajadores del sector salud, de la educación, de la construcción y de procesamiento de alimentos no serán incluidos en dicha moratoria. Tampoco serán afectados los trabajadores agrícolas, que forman parte de otra o capítulo del mismo programa.
“Es un primer paso. Algunos dirán que es un pequeño paso”, dijo el primer ministro Legault en la conferencia de prensa del martes, agregando que actúa en el programa que está a su alcance, pues no depende únicamente del gobierno federal.
Legault trajo nuevamente a colación lo que denomina como “una explosión” del número de inmigrantes temporales, que ha aumentado de 300.000 a 600.000 en los últimos dos años, y que aumenta, en parte, porque el sector empresarial solicita a esos trabajadores, quienes llevan a cabo labores que a menudo los propios quebequenses se niegan a hacer.
El segmento de los inmigrantes temporales está compuesto no sólo por trabajadores extranjeros, sino también por estudiantes internacionales y solicitantes de asilo.
Además de “la enorme presión sobre los servicios públicos, en la educación, en el sector de la salud y en la vivienda”, Legault no perdió oportunidad para argumentar que el freno a los inmigrantes temporales también obedece a una necesidad de proteger lo que considera como una “identidad quebequense”, en especial, el francés. “El futuro del francés está en juego, sobre todo en Montreal”, dijo.
Contradicciones
El sociólogo Alejandro Hernández destacó que además de la negociación política entre ambos niveles de gobierno, las decisiones que está tomando Quebec son complejas y contradictorias.
“Esta petición del gobierno de la Coalition Avenir Québec, la hace dentro del contexto histórico reciente en el que los caquistas se han asumido unilateralmente como defensores de la identidad quebequense, pero enfocándose únicamente en la dimensión del idioma francés”, explicó.
Siendo Montreal una de las ciudades más grandes de Canadá y, por ende, teniendo una mayor concentración de empleos, la decisión de limitar los puestos de trabajo para extranjeros con salarios relativamente bajos, “[la medida] obedecería, por un lado, a supuestamente reducir el número de empleados extranjeros que no dominan el francés y quienes son entendidos por lo tanto como una supuesta amenaza que atenta contra de la identidad y el bienestar quebequense, una identidad reducida sólo a una dimensión unitaria lingüística, ignorando la multiplicidad de dimensiones que conforman una identidad”, prosiguió el especialista.
No obstante, Hernández destacó lo que a sus ojos representa una contradicción en la medida:
Lo interesante es que este discurso del ‘otro como amenaza’ no se aplica para trabajadores extranjeros bien pagados, que se entiende traen habilidades y conocimientos deseables, a los que no necesariamente se les exige el francés para migrar: trabajadores extranjeros en áreas como la inteligencia artificial, la informática o los efectos visuales.
Trabajos que “otros no quieren hacer”
El sociólogo también resaltó que si bien los trabajadores extranjeros temporales efectivamente pueden ejercer una presión en el gasto público de Quebec, ya que en algunos casos el propio gobierno provincial autorizó que algunos de sus familiares puedan aplicar a un permiso de trabajo (para parejas) o de estudio (para los hijos), también es importante recordar que estos empleados temporales pagan impuestos, seguro de empleo y aportan a los planes de pensiones.
Sin dejar de mencionar que “estos trabajadores se enfocan en actividades que los locales no quieren hacer”:
Un reporte del periódico Le Devoir da cuenta de que el reclutamiento internacional de trabajadores de bajos salarios ha aumentado considerablemente desde el año 2022.
En 2023, 40% de los Estudios de Impacto en el Mercado Laboral (LMIA por sus siglas en inglés), uno de los principales requisitos para que las empresas puedan contratar personal en el extranjero, fueron precisamente de empleos de bajos salarios.
Entre los trabajos que se estiman como de bajos salarios están los cocineros, asistentes administrativos, jardineros, de mantenimiento y conductores de camiones, entre otros.
No hay respuestas a desafíos de la provincia
Alejandro Hernández enfatizó que en Quebec existe una estructura social generada por políticos que no responden a los desafíos y necesidades actuales de la población de la provincia.
Considerando las limitadas y limitantes políticas públicas de los gobiernos recientes en Quebec, que se reflejan en el hecho de que tenemos una falta de 5.700 maestros en el sistema educativo unos días de comenzar el año lectivo, y en donde hay una constante falta de maestros de francés que logren atender la demanda de aprender este idioma (que de acuerdo al gobierno del CAQ se debe hacer en seis meses), las presiones de las políticas públicas y sus contradicciones son inevitables.
Otro de los factores que explicarían las posiciones del gobierno de Quebec en materia de inmigración, es el hecho de que su base política se encuentra al exterior de Montreal, en áreas rurales y pequeñas ciudades de la provincia, más homogéneas, donde las complejidades y los aportes de la inmigración y su rol en la economía de Quebec no son necesariamente visibles
Posibles consecuencias
Carlos Rojas, experto en materia migratoria que ha trabajando con recién llegados a Quebec desde hace varios años, dijo que medidas como las anunciadas este martes por el gobierno de Francois Legault ocasionan dolor en miles de personas, “porque la gente que ya llegó, por ejemplo, se va a tener que ir, con todo lo que eso implica, que es generalmente un proyecto de vida”.
Esto le va a pegar a la gente que tiene residencia temporal y la va a empujar a quedarse como indocumentada. Al tratar de reducir el número de migrantes temporales lo único que van a lograr es meter a muchos al estatus irregular y aumentar así los problemas. Están barriendo debajo del tapete.
Rojas enfatizó que es momento de buscar soluciones a los problemas estructurales y coyunturales que se viven en esta provincia canadiense y que los organismos que trabajan con recién llegados han estado dispuestos a apoyar al gobierno en tomar decisiones que sean de interés para toda la población.
“Este es un buen momento para implementar soluciones, como promover la inversión, generar polos de desarrollo, redirigir el crecimiento de Quebec hacia nuevas zonas, otorgar terrenos para desarrollar nuevos polos, para que la gente se asiente, para invertir en un programa de enseñanza del francés para que la gente pueda aprender el idioma de forma más sencilla”, recalcó Rojas.
Nueva ley en otoño
El gobierno de Legault también anunció el martes que este otoño se presentará un proyecto de ley para regular mejor la llegada de estudiantes extranjeros a su territorio, donde se han producido abusos de parte de ciertas instituciones.
Aún no se sabe qué contendrá el proyecto de ley en cuestión. Sin embargo, la oficina de la ministra de Educación Superior, Pascale Déry, ha asegurado que no se centrará específicamente en las universidades angloparlantes.