El consumo de cocaína está aumentando entre los jóvenes canadienses, una situación que preocupa a muchos profesionales y expertos de salud en Canadá.
La más reciente encuesta canadiense sobre el alcohol y las drogas de 2019 reveló que uno de cada diez canadienses en la veintena ha consumido cocaína en el último año.
La publicación de la próxima encuesta canadiense sobre el alcohol y las drogas, que será presentada por el Departamento de Estadísticas de Canadá está prevista para 2025, pero ya Jean-Sébastien Fallu, profesor en la Escuela de Psicoeducación de la Universidad de Montreal e investigador del Instituto Universitario sobre Adicciones, estima que el aumento del consumo entre los jóvenes canadienses podría haberse triplicado en la última década.
Mylane Garneau, trabajadora en el centro de rehabilitación Portage, que opera en Ontario, Quebec y Nueva Brunswick, conoce de primera mano los estragos que puede causar la cocaína. En el pasado, ella acudió a esta institución para tratar sus propios problemas de adicción a la cocaína.
Garneau tenía 15 años cuando probó por primera vez la cocaína en una fiesta.
Sigo siendo una persona tímida. Usar cocaína me permitía poder hablar con todo el mundo. Y estaba haciendo cosas que no necesariamente haría. La cocaína me dio confianza en mí misma.
Dos años más tarde, la cocaína había tomado el control de su vida. Pensaba en la cocaína todo el día en la escuela. Simplemente no podía esperar a llegar a casa, ir a ver a mis amigos y consumir de nuevo
, recuerda.
También estaba empezando a tener síntomas físicos. Estaba muy delgada y tenía la nariz destrozada, pero seguí consumiendo. Me di cuenta de que tal vez esto era un problema. Luego mis relaciones con los demás, especialmente con mi familia, comenzaron a degenerar.
Un fenómeno observado en todo el país
Las historias como la de Mylane son cada vez más numerosas en Canadá. El Centro canadiense sobre el uso de sustancias y la adicción constató que el número de consumidores de cocaína está aumentando en el país.
Existe preocupación entre los investigadores y quienes trabajan en hospitales y clínicas porque estamos viendo, en todo el país, un aumento del consumo de cocaína y otros estimulantes en casi todas las jurisdicciones
.
Alexander Caudarella, director del Centro canadiense sobre el uso de sustancias y la adicción.
Esto está sucediendo cada vez más entre personas más jóvenes. Por supuesto, hay problemas con los jóvenes de 18 a 24 años, pero también hay problemas con otros grupos de edad que no veíamos a menudo antes. Los pediatras y las personas que trabajan en urgencias con jóvenes ven cada vez más casos de intoxicaciones y consecuencias relacionadas con estos fármacos
, añadió el doctor Caudarella.
En el centro de rehabilitación Portage, el número de jóvenes de entre 18 y 25 años que ingresa para tratar un problema de adicción a la cocaína se ha duplicado en diez años. En 2023 representaban el 22,2% de sus clientes.
Un fenómeno multifactorial
Varios factores explican este nuevo interés por la cocaína entre los jóvenes, según Myriam Khediri, responsable de reinserción social del centro Portage de Saint-Malachie, en la provincia de Quebec.
“Se la considera como una droga menos peligrosa que el speed o Xanax. Creo que los medios de comunicación también le han dado un excesivo glamur , afirma Khediri.
Ella cree que la pandemia del Covid-19 también influyó: Algo sucedió en términos de aislamiento, en términos de confinamiento
.
Los delitos relacionados con la cocaína también se han disparado en Canadá desde 2010. La primavera pasada, las autoridades policiales llevaron a cabo una incautación récord de 100 kilos en Montreal.
Una moda que tiene consecuencias
Sí, es una moda que va en sintonía con la fiesta, con mantenerse despierto, con ser productivo en el trabajo y en el día a día. Se trata claramente de algo que está en consonancia con nuestra cultura social
, explicó el profesor Jean-Sébastien Fallu.
La banalización de la cocaína está contribuyendo al aumento del consumo entre los jóvenes, que a menudo no temen sus consecuencias, como dependencia, los costos o problemas que afectan las relaciones con sus círculos familiares y de amistad, enumera el investigador.
Simplemente salimos con gente que consume cocaína, por lo que parece normal consumirla
, recuerda Mylane Garneau. Pero también podemos divertirnos sin consumir cocaína. Me he divertido mucho más desde que he dejado de consumirla
, añadió.
Fuente: RC / E. Allard