El candidato presidencial venezolano Edmundo González Urrutia descartó ayer buscar asilo en el exterior luego de que un juez leal al gobierno de Nicolás Maduro emitió el lunes una orden de captura en su contra.

Maduro fue proclamado reelecto para un tercer mandato de seis años, hasta el 2031, por el Consejo Nacional Electoral (CNE), entidad que no publicó el detalle del escrutinio, tal como manda la ley.

La oposición liderada por María Corina Machado sostiene que González ganó esos comicios, tal como demuestran las copias de más del 80% de las actas de votación que publicaron en un sitio en internet, que el gobierno de Maduro rechaza y asegura que se trata de documentos forjados.

Esa página se encuentra justamente al centro de una investigación que llevó al mandato de arresto de González.

Mediante un comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Canadá condenó esa orden de arresto. González, quien tomó el lugar de la opositora Corina Machado en la papeleta de votación, todavía se encontraba escondido al momento de publicar este artículo.

Según los resultados digitalizados, la oposición unificada de González obtuvo la gran mayoría de los votos en las elecciones, pero su victoria ha sido rechazada por el gobierno de Maduro, que afirma haber recibido el 51 por ciento de los votos.

Los resultados oficiales cuentan con el aval de los tribunales venezolanos y la Comisión Nacional Electoral, ambas instituciones integradas por personas leales a Maduro.

Aunque González y Machado han rechazado la protección internacional, sí han pedido el reconocimiento internacional como ganadores de los comicios.

Sí a Juan Guaidó, no a Edmundo González

En marcado contraste con su posición tras las elecciones de mayo de 2018 en Venezuela, hasta la fecha Canadá no ha manifestado su apoyo a Edmundo González reconociéndolo como ganador de las últimas elecciones.

Canadá fue el segundo país en el mundo, siguiendo los pasos de Estados Unidos, en reconocer a Juan Guaidó cuando fue declarado presidente interino por la Asamblea Nacional electa de ese país en respuesta a las elecciones presidenciales de 2018, consideradas como fraudulentas.

El 1 de agosto, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, reconoció a González como el legítimo ganador de las elecciones. Perú lo hizo dos días antes. Argentina, Ecuador, Uruguay y Panamá se encuentran entre otras naciones que han dicho inequívocamente que González ganó las elecciones y debería asumir el cargo el 5 de enero de 2025.

Algunos países de América Latina, además de China y Rusia, reconocieron la victoria de Maduro. Otros países de la región, como Brasil y Chile, cuestionaron la transparencia de esas elecciones.

México rechazó la injerencia extranjera en los asuntos venezolanos y dijo que esperaría a que concluya el recuento de votos y que si la autoridad electoral confirmaba un ganador, reconoceremos al gobierno elegido por el pueblo de Venezuela.

Por su lado, Canadá también manifestó que los resultados de las elecciones presidenciales en Venezuela no reflejan la voluntad de los venezolanos.

Cuando se tiene una votación masiva a favor de un candidato, dijo la activista venezolana-canadiense Alessa Polga, eso demuestra que nuestro pueblo no está dividido. Es una gran falta de respeto por parte del gobierno de Canadá ignorar estos hechos.

Si realmente apoyan las democracias, si realmente están, como lo dijeron antes, del lado del pueblo venezolano, entonces Canadá debe reconocer a Edmundo González.

Polga fue durante años la coordinadora canadiense de Vente, el partido de la opositora venezolana Corina Machado, y ha estado activa tratando de movilizar el apoyo para Edmundo González.

El jefe de los conservadores federales, Pierre Poilievre, ha pedido al gobierno de Trudeau que reconozca a González y la diputada conservadora Stephanie Kusie ha presentado una petición en el Parlamento exigiendo que el gobierno lo haga.

En lugar de otorgar ese reconocimiento a Edmundo González, Canadá se unió a otros países para expresar su profundo rechazo a la represión de los manifestantes y la violencia que ha costado la vida a muchos venezolanos en el contexto poselectoral.

Poco después de las elecciones, la delegación de Canadá ante la Organización de los Estados Americanos dijo a los demás estados miembros que Ottawa no aceptaba las afirmaciones de victoria de Maduro y no quería que se las reconozca.

Según un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores de Canadá, Ottawa considera fraudulenta la afirmación de Maduro de que ganó en las urnas. Aunque el gobierno federal afirma que no cree que Maduro haya ganado esos comicios, no dijo quién los ganó y tampoco ha otorgado un reconocimiento oficial.

En lugar de ello, Canadá se ha limitado a pedir al gobierno venezolano que presente los documentos oficiales que respalden sus afirmaciones de victoria, algo que las autoridades de ese país no están dispuestas a hacer.

Los datos electorales recopilados por testigos ciudadanos y observadores internacionales independientes brindan evidencia creíble de que los resultados que las autoridades de Maduro afirman que obtuvieron en estas elecciones no reflejan la voluntad del pueblo venezolano. Reiteramos nuestro llamado a las autoridades venezolanas para que garanticen la transparencia y publiquen los resultados detallados de todos los centros de votación.

“No necesitamos tweets”

No necesitamos esas breves declaraciones insulsas ni esos tuits débiles, reclamó la venezolana-canadiense Polga. Vamos, estamos hablando semanas después de las elecciones. Tenemos más de 1.600 presos políticos y ya saben quiénes son: los escrutadores.

Quiero que todos los canadienses entiendan: imaginen que son escrutadores en una elección canadiense y que después los secuestran, los encarcelan y los condenan por terrorismo, simplemente porque están cumpliendo con su responsabilidad como ciudadanos en un proceso electoral.

Ana Poilievre, la esposa venezolana del jefe de los conservadores federales, Pierre Poilievre, también criticó esos tuits, calificándolos como débiles.

No culpo al gobierno, dijo Ben Rowswell, el último embajador de Canadá en Venezuela antes del deterioro de las relaciones entre Caracas y Ottawa. Creo que están adoptando una actitud cautelosa, pero no vemos a Canadá liderando la situación en Venezuela de la manera en que lo hizo en la década de 2010.

Jugamos un papel destacado en el Grupo de Lima, añadió, en referencia al organismo multilateral creado en 2017 en Perú para defender las normas democráticas y los derechos humanos en Venezuela.

Nos destacamos en el esfuerzo por ayudar a los venezolanos a superar su crisis política. Y ahora me doy cuenta de que estamos en una posición en la que nos vemos obligados a ser mucho más cautelosos porque no tenemos nuestros propios ojos y oídos en el terreno desde el cierre de la embajada de Canadá en Caracas.

Irónicamente, fue el reconocimiento de Guaidó lo que llevó a esa situación, dijo Rowswell, en referencia a las posiciones adoptadas en apoyo al opositor Juan Guidó, a quien Ottawa reconoció como presidente interino de Venezuela en enero de 2019.

Cuando se reconoce a alguien como presidente de un país, también se reconoce a los diplomáticos de esa persona como acreditados en el país. Por eso, reconocimos como embajador a su representante. Eso llevó a una situación en la que el gobierno de Maduro nos negó las visas diplomáticas y eso fue lo que llevó al cierre de la embajada de Canadá.

Polga argumenta que Canadá no debería pedirle al gobierno de Maduro que publique las declaraciones cinco semanas después de las elecciones porque el 80 por ciento de las declaraciones se fueron publicadas en internet y Canadá ya sabe lo que muestran.

Yo diría que el gobierno canadiense se encuentra en una zona gris, afirmó. Es frustrante para nosotros que no definan su posición.

Un mandato de los votantes

El contraste con el enfoque anterior de Canadá es aún más sorprendente porque Edmundo González parece tener una base constitucional más sólida que Juan Guaidó, dado que tiene un mandato popular directo.

Guaidó no tenía ese mandato popular directo. Era, como afirmaron algunos críticos, un presidente autoproclamado de Venezuela. Fue designado por la Asamblea Nacional en virtud de una cláusula de la Constitución venezolana que dice que el presidente de la asamblea debe actuar como presidente interino en caso de producirse un vacío de poder.

Tanto el Gobierno de Canadá como la Asamblea Nacional venezolana, dominada por la oposición, acordaron que a partir del 10 de enero de 2019, el día en que Maduro asumió la presidencia, Venezuela ya no tenía un presidente legítimo.

Las elecciones de 2018 marcaron un punto de inflexión para la legitimidad internacional del gobierno de Maduro. Aunque Canadá había criticado con frecuencia a Venezuela por las violaciones a los derechos humanos, hasta ese momento había aceptado que el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela era capaz de ganar las elecciones, incluso si los procesos electorales no cumplían con las normas internacionales.

En un momento dado, el mentor de Maduro, Hugo Chávez, gozó de una genuina popularidad que hacía innecesario el fraude. Pero en 2018, al gobierno le resultó imposible atraer a suficientes votantes a las urnas para garantizar una victoria legítima. Las elecciones de 2018, consideradas fraudulentas, fueron denunciadas por las Naciones Unidas y varios países de la región.

En ese momento Canadá aceptó el argumento de que la Asamblea Nacional, como el último órgano restante en Venezuela cuyo mandato podía atribuirse a una elección más o menos justa, tenía la legitimidad necesaria como para nominar a un presidente interino.

Guaidó en ese momento tenía apoyo popular en las calles de Venezuela, pero no logró desalojar a Maduro del Palacio de Miraflores.

A medida que la conflictiva oposición venezolana caía en sus habituales guerras intestinas, el Grupo de Lima se desinfló cuando una ola electoral de izquierda triunfó en las cuatro naciones más pobladas de América Latina, llevando al poder a gobiernos amigos de Maduro, o al menos tolerantes con Maduro, en Argentina, México, Brasil y Colombia. Desde entonces Argentina ha vuelto a un gobierno de derecha.

Un contexto internacional más complejo

No hay un frente unido tan claro proveniente de las Américas como lo hubo en 2019, cuando el Grupo de Lima representaba prácticamente a todas las democracias de la región, dijo Rowswell. Ahora tenemos una constelación diferente de actores.

Ahora seguimos el ejemplo de algunos países latinoamericanos. Los que parecen tener mayor influencia en la toma de decisiones de Canadá son Colombia, Brasil y México.

Esos tres países están dirigidos por presidentes de izquierda que en el pasado han tenido relaciones amistosas con los gobiernos de Chávez y Maduro, pero que han adoptado una postura diferente a la de un bloque de gobiernos socialistas en su mayoría considerados como antidemocráticos, que incluye a Cuba y Nicaragua, que han aceptado la victoria de Maduro sin reservas.

En cambio, Colombia, Brasil y México han pedido pacientemente a Maduro que presente las actas digitalizadas de las elecciones, la mayoría de las cuales ya se han filtrado y muestran claramente que la oposición obtuvo alrededor de dos tercios del voto popular.

La oposición venezolana logró unirse en torno a una candidata única, Machado, que obtuvo más del 90 por ciento de los votos en una primaria opositora. Pero el gobierno le prohibió presentarse, por lo que la oposición nominó a una segunda candidata conjunta, que también fue prohibida .

Así fue como un diplomático retirado un tanto oscuro, Edmundo González, terminó en la boleta.

“Los venezolanos hicieron su parte”

Las condiciones para llevar a cabo las elecciones de 2024 fueron establecidas en octubre pasado en el Acuerdo de Barbados entre el gobierno de Maduro y la oposición. Para el gobierno de Maduro, el incentivo fue el fin de las sanciones y otras tácticas de presión impuestas por Estados Unidos, la Unión Europea y algunos de sus vecinos latinoamericanos.

Polga dijo que los votantes venezolanos en general y los trabajadores electorales hicieron su parte al presentarse a votar y examinar los resultados a pesar del clima de miedo.

Una de las cosas que me desilusiona mucho del gobierno de Canadá es que no reconoce que hicimos lo que nos pidieron. Hicimos lo que Canadá pidió específicamente, que fue acudir a un proceso electoral, dijo.

Ya terminamos el proceso electoral. Ganamos el proceso electoral. ¿Por qué no pueden reconocer a Edmundo González? Es una falta de respeto para los más de 29.000 venezolanos aquí en Canadá. No se valora el esfuerzo de todo un pueblo por votar y manifestar lo que quiere. Nosotros sólo queremos libertad. Sólo queremos democracia y por eso votamos.

Por su parte, el ex embajador Rowswell dijo que ha llegado el momento de simplemente dejar de pedir que se den a conocer las actas electorales.

Creo que es necesario que haya una actualización. La próxima Asamblea General de la ONU que se reunirá en la ciudad de Nueva York ofrece una oportunidad. Este es uno de los mayores eventos de la diplomacia. Así que todos los que son alguien en la diplomacia estará en Nueva York, incluidos los primeros ministros, presidentes y ministros de Asuntos Exteriores de prácticamente todos los países de las Américas, señaló Rowswell.

Fuente: CBC / E. Dyer

Adaptación RCI / R. Valencia